I. Requisitos para que a autorización sexa válida
A entrada e rexistro dun domicilio só debería levarse a cabo con consentimento do titular, orde xudicial ou en situacións de delito flagrante. De non ser o caso, vulneraríase a inviolabilidade domiciliaria recoñecida no artigo 18.2 da Constitución Española.
Como xa vimos, o Tribunal Supremo entende que, ao prestar o seu consentimento, o titular da vivenda renuncia a este dereito pero, para que sexa válida, a autorización debe reunir os seguintes requisitos:
- Ser outorgada por PERSONA CAPAZ, é dicir, maior de idade e sen diminución psíquica aparente.
- Ser outorgada CONSCIENTE e LIBREMENTE: sen violencia ou falta de información, entre outros moitos supostos.
- Ser outorgada oralmente ou por escrito, pero sempre deberá constar DOCUMENTALMENTE.
- Ser outorgada polo TITULAR DEL DOMICILIO: por exemplo, se a vivenda está arrendada o consentimento válido será o prestado polo arrendatario, non polo propietario.
- Ser outorgada para un ASUNTO CONCRETO, do que teña coñecemento quen presta o consentimento, sen que os axentes policiais poidan aproveitalo para outros fins distintos.
- Ser outorgada EXPRESAMENTE, se ben o artigo 551 da Lei de Axuizamento Criminal contempla o CONSENTIMENTO PRESUNTO.
Neste artigo imos centrarnos nese problemático consentimento “presunto”.
II. Consentimento presunto
A Lei de Axuizamento Criminal permite que o consentimento presunto ou tácito para a entrada e rexistro do domicilio sexa válido. Enténdese que a autorización é táctica cando o titular da morada realiza actos de colaboración para a práctica da dilixencia ou utiliza expresións como “poden buscar todo o que queiran que non atoparán nada” e similares.
Se entenderá que presta su consentimiento aquel que, requerido por quien hubiere de efectuar la entrada y el registro para que los permita, ejecuta por su parte los actos necesarios que de él dependan para que puedan tener efecto, sin invocar la inviolabilidad que reconoce al domicilio el artículo 6 de la Constitución del Estado.
Artículo 551 Ley Enjuiciamiento Criminal (na actualidade a referencia debe entenderse feita ao artigo 18.2 da Constitución Española)
O anterior artigo debe interpretarse restritivamente, é dicir, se existen dúbidas sobre o consentimento presunto, hai que entender que non existiu autorización. Isto é así conforme ao principio de in dubio libertas e o criterio do Tribunal Constitucional de interpretar sempre as normas no sentido máis favorable aos dereitos fundamentais da persoa, neste caso, o titular da morada.
Ademais, tamén debe valorarse a propia actuación dos axentes policiais, aos que se lles debe esixir sempre o maior rigor.
Tampoco existió consentimiento por parte de ninguno de los dos huéspedes que se hallaban alojados en tal habitación, pues pese a que en el atestado aparece que uno de los dos (ni siquiera se dice cuál de ellos) estuvo presente en dicho registro (folio 162), sin embargo nada consta al respecto en el acta de ocupación que levantó la propia policía (folio 170), siendo en este punto confusas las declaraciones que en el acto del juicio oral prestaron los agentes que habían intervenido en la operación, mientras que los dos referidos huéspedes nunca declararon que consintieran en la realización de tal registro, ante lo cual el relato de hechos probados de la sentencia recurrida nos dice simplemente que las botellas fueron halladas en la habitación sin aludir para nada al mencionado consentimiento.
La sentencia de esta Sala de 15-2-95, la número 204 de este año, dice que “las dudas que sobre el particular pudiera haber deben resolverse en beneficio de los acusados, ya que el mayor rigor siempre será exigible para la actuación de los miembros de la Policía Judicial, por ser ello conforme a una interpretación no restrictiva de los derechos y libertades fundamentales de las personas, y porque el estricto cumplimiento de la legalidad ha de ser siempre exigido a los miembros de la Policía Judicial, que no pueden ignorarla por razones profesionales”.
STS de 2 octubre de 1995, Sala Segunda, Sección Única (nº rec. 1266/1993)
O Tribunal Supremo estableceu que a non oposición do morador non pode entenderse en todo caso como equivalente ao consentimento. Hai que valorar o comportamento do titular do domicilio antes, durante e despois do rexistro.
Hai que ter en conta que a autorización pode ser revocada en calquera momento, de maneira que se os axentes están practicando a dilixencia sen dispoñer de autorización xudicial, deberían suspender a súa práctica e abandonar o domicilio.
Como dice el art. 551 procedimental se entenderá que presta su consentimiento aquel que, requerido por quien hubiere de efectuar la entrada y registro, ejecuta por su parte los actos necesarios que de él dependan para que el mismo pueda tener efecto sin invocar la inviolabilidad que la C.E. reconoce…
Es cierto que el problema de si hubo o no consentimiento ha de ser interpretado de manera ciertamente restrictiva, de la forma más favorable para el titular domiciliario (in dubio libertatis), pero también lo es que para llegar a conclusiones concretas han de analizarse, racionalmente, el comportamiento del propio interesado, “antes, durante y después”, así como también las manifestaciones de cuantos pudieron estar presentes cuando el registro se llevó a cabo. No se olvide que, tal como se indica en la S.T.C. 21-12-93, ninguna vulneración a la inviolabilidad del domicilio puede entenderse ocasionada si la entrada en la vivienda de la recurrente fue expresa y libremente consentida”.
STS 721/1996 de 18 de octubre, FJ 4º
No es comprensible que quien ha sufrido un agravio tan importante, como es el de penetrar por la fuerza en su domicilio, nada en absoluto diga, ni entonces ni después, a los dos días, ante el Juez con el Abogado y el Ministerio Fiscal presentes, ni en el juicio oral.
STS de 8 de marzo de 1991
El obligado examen de las actuaciones evidencia como la “entrada y registro” en la habitación del hotel ocupada por uno de los recurrentes, y en la que se intervino, por los funcionarios policiales actuantes en la diligencia, los cuatro envoltorios de la sustancia blanca, que resultó ser “cocaína”, se llevó a cabo en presencia del usuario de la habitación registrada y de su hermano (ambos recurrentes), así como de un tercero (empleado del establecimiento hotelero), sin que ninguno de los dos primeros realizara ningún tipo de protesta o reserva alguna, ni en ese momento, ni después en sus manifestaciones policiales y declaraciones ante el Juez, en ambas asistidos por Letrado, ni en cualquier posterior actuación procesal…
No es lógico ni fácilmente comprensible que quien ha sufrido una afrenta tan grande a su intimidad y dignidad personal, como es el de penetrar, en contra de su voluntad, en su domicilio (en el caso contemplado en la habitación que ocupa en un hotel), nada en absoluto diga ni entonces, ni después en sus manifestaciones policiales y declaraciones ante el Juez, ni por fin en el solemne acto de plenario. (Cfr. S. de 8 de Marzo de 1991).
STS 5 de octubre de 1992, Sala Segunda, Sección Única (nº rec. 4692/1989); FJ 3º
Como ves, para a entrada e rexistro nunha habitación de hotel tamén é precisa autorización ou orde xudicial. Aínda que o Ministerio do Interior trate de xustificar entradas e rexistros en pisos turísticos sen orde xudicial e sen autorización, o certo é que a temporalidade da morada non pode ser un obstáculo para a súa consideración como domicilio (Sentenza do Tribunal Constitucional 10/2002, de 17 de xaneiro).
III. Conclusións
Polo tanto, ten en conta que non é preciso o consentimento expreso para autorizar a entrada e rexistro no teu domicilio (vivenda habitual, habitación de hotel, caravana…) basta con que se entenda que colaboraches cos axentes para que o levasen a cabo.
De non ser o caso, é fundamental que se poña de manifesto (polo menos na primeira declaración ante o xuíz instrutor) que se fixo sen autorización, coa finalidade de que poida ser declarado nulo pola vulneración do artigo 18.2 da Constitución Española.
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